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En el episodio del podcast «Siempre Joven, que no es poco», presentado por el Dr. Fernando Barragán, se explora la historia de los salones de belleza del siglo XX, centrándose en dos de las figuras más icónicas de la industria: Helena Rubinstein y Elizabeth Arden.

El Dr. Barragán nos guía a través de estas dos pioneras de la belleza, que no solo revolucionaron la forma en que las mujeres cuidaban de su aspecto, sino que transformaron la industria cosmética para siempre. El episodio destaca cómo Rubinstein y Arden, ambas emprendedoras visionarias, crearon imperios alrededor de la belleza, desarrollando nuevos productos y tratamientos que llevaron los salones de belleza a un nuevo nivel de sofisticación.

Por un lado, Helena Rubinstein, con sus orígenes humildes en Polonia, construyó su reputación en base a su pasión por la ciencia y la piel. Fue una de las primeras en introducir el concepto de cuidado personalizado de la piel, y sus salones ofrecían análisis detallados para cada cliente, algo revolucionario para la época.

Por otro lado, Elizabeth Arden, nacida en Canadá, es recordada por haber combinado el lujo con la salud en sus salones de belleza. Su famoso salón en la Quinta Avenida de Nueva York fue sinónimo de glamour y exclusividad, atrayendo a las mujeres más influyentes y poderosas de la época. Fue pionera en la incorporación de la nutrición y el bienestar dentro de la rutina de belleza.

El episodio también profundiza en la intensa competencia entre estas dos empresarias, quienes nunca cruzaron palabra pero compitieron ferozmente por dominar el mercado global de la cosmética. Cada una desarrolló innovaciones que todavía tienen eco en los salones de belleza actuales: desde la creación de cremas antiedad y maquillaje, hasta la concepción de los salones como espacios de lujo y bienestar integral.

En resumen, este episodio de «Siempre Joven, que no es poco» es una inmersión en el auge de los salones de belleza del siglo XX, marcados por la genialidad de Rubinstein y Arden, quienes no solo redefinieron los estándares de belleza, sino también cómo las mujeres experimentaban el autocuidado.