Los rellenos inyectados, como el ácido hialurónico, tienen el objetivo de tonificar, dar volumen y reducir arrugas de forma definitiva.
El ácido Hialurónico es uno de los elementos más usados para la mejora estética facial, entre otras ventajas, porque que los resultados son inmediatos y duraderos.
Sus efectos, por lo tanto, pueden conservarse, dependiendo de su densidad, de 3 a 18 meses.
El ácido Hialurónico, además, es una sustancia que se encuentra de forma natural en el cuerpo y que se puede crear mediante biosíntesis en un laboratorio. Forma parte del colágeno que se encuentra en la piel y actúa como un óptimo cantador de agua, aportando hidratación, elasticidad y turgencia cutánea.
Cuando el ácido hialurónico entra debajo de la piel forma una pequeña estructura que produce retención de agua y aumenta el volumen de la zona donde se aplica.
Por ser una molécula presente en el organismo, permite su utilización de manera segura y sin contraindicaciones, no haciendo falta pruebas alergénicas.
El objetivo fundamental de un tratamiento con ácido hialurónico es recuperar el volumen perdido del rostro debido al paso del tiempo. Funciona como un potente rellenador de arrugas, estimulando la producción natural de colágeno, hidratando y combatiendo la flacidez.
Con el ácido hialurónico rejuveneces completamente el rostro sin necesidad de cirugía, además de tener la posibilidad de observar los resultados de forma inmediata.
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